La hipertensión arterial es una patología crónica en la que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo que puede dañarlos. La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos (arterias) al ser bombeada por el corazón. Cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear.
Una de las características de esta enfermedad es que no presenta unos síntomas claros y estos pueden tardar mucho tiempo en manifestarse. Sin embargo, constituye el factor de riesgo cardiovascular más prevalente.
Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y puede verse dificultado al paso de sangre a través de ellas. Este daño en las paredes de los vasos sanguíneos favorece que se depositen colesterol y triglicéridos en ellas, por eso lo que hace que la hipertensión sea un de riesgo muy importante para el desarrollo de arterioesclerosis.
La lectura de la presión arterial se determina en milímetros de mercurio (mm Hg). Tiene dos números.
- Valor superior (presión sistólica). El primero, o superior, mide la presión en las arterias cuando el corazón late.
- Valor inferior (presión diastólica). El segundo, o inferior, mide la presión en las arterias entre los latidos.
¿Cuáles son los factores de riesgo de presentar hipertensión?
Entre los factores de riesgo modificables figuran las dietas malsanas (consumo excesivo de sal, dietas ricas en grasas saturadas y grasas trans e ingesta insuficiente de frutas y verduras), la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol y el sobrepeso o la obesidad.
Por otro lado, existen factores de riesgo no modificables, como los antecedentes familiares de hipertensión, la edad superior a los 65 años y la concurrencia de otras enfermedades, como diabetes o nefropatías.
Entre el 2,5 y el 6 por ciento de los problemas relacionados con el riñón pueden influir en la aparición de la hipertensión arterial. De hecho, suponen entre el 2,5 y el 6 por ciento de las causas. Las principales patologías vasculares que influyen son:
- Enfermedad renal poliquística.
- Enfermedad renal crónica.
- Tumores productores de renina.
- El síndrome de Liddle.
Estenosis de la arteria renal.
Aproximadamente el 5 por ciento de las mujeres que toman anticonceptivos orales puede desarrollar hipertensión. Los factores de riesgo para la hipertensión asociada con el consumo de anticonceptivos orales incluyen la enfermedad renal leve y la obesidad.
Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden tener efectos adversos sobre la tensión arterial. Estos fármacos bloquean tanto la ciclooxigenasa-1 (COX-1) como las enzimas COX-2. La inhibición de la COX-2 puede inhibir su efecto natriurético que, a su vez, aumenta la retención de sodio. Los antiinflamatorios no esteroideos también inhiben los efectos vasodilatadores de las prostaglandinas y la producción de factores vasoconstrictores, es decir, la endotelina-1. Estos efectos pueden contribuir a la inducción de la hipertensión en un paciente con hipertensión controlada o normotenso.
Las causas hormonales endógenas incluyen:
- Hiperaldosteronismo primario.
- El síndrome de Cushing.
- Feocromocitoma.
- Hiperplasia suprarrenal congénita.
Las causas neurogénicas incluyen:
- Tumores cerebrales.
- Poliomielitis bulbar.
- Hipertensión intracraneal.
Además, existen drogas y tóxicos que pueden propiciar la aparición de la hipertensión:
- Alcohol.
- Cocaína.
- Ciclosporina, tacrolimus.
- Fármacos antiinflamatorios no esteroides.
- Eritropoyetina.
- Medicaciones adrenérgicas.
- Descongestionantes que contienen efedrina.
- Remedios a base de hierbas que contienen regaliz.
- Nicotina.
Por último, existen algunas enfermedades que se relacionan con la hipertensión como son el hipertiroidismo e hipotiroidismo, la hipercalcemia, el hiperparatiroidismo, la acromegalia, la apnea obstructiva del sueño y la hipertensión inducida por el embarazo.
¿Cuáles son los síntomas frecuentes de la hipertensión?
La mayoría de las personas con presión arterial alta no tienen signos ni síntomas, incluso si las lecturas de presión arterial alcanzan niveles peligrosamente elevados.
Algunas personas con presión arterial alta pueden tener dolor de cabeza, dificultad para respirar o sangrado nasal, pero estos signos y síntomas no son específicos y, por lo general, no se presentan hasta que dicho trastorno alcanza una etapa grave o potencialmente fatal.
¿Cuáles son las complicaciones de la hipertensión no controlada?
Entre otras complicaciones, la hipertensión puede producir daños cardiacos graves. El exceso de presión puede endurecer las arterias, con lo que se reducirá el flujo de sangre y oxígeno que llega al corazón. El aumento de la presión y la reducción del flujo sanguíneo pueden causar:
- Dolor torácico (angina de pecho).
- Insuficiencia cardiaca, que se produce cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre y oxígeno a otros órganos vitales.
- Ritmo cardiaco irregular, que puede conllevar la muerte súbita.
- Infarto de miocardio, que se produce cuando se obstruye el flujo de sangre que llega al corazón y las células del músculo cardiaco mueren debido a la falta de oxígeno. Cuanto mayor sea la duración de la obstrucción, más importantes serán los daños que sufra el corazón.
La hipertensión puede también causar la obstrucción o la rotura de las arterias que llevan la sangre y el oxígeno al cerebro, lo que provocaría un accidente cerebrovascular.
¿Por qué la hipertensión es un problema importante en los países de ingresos bajos y medianos?
La prevalencia de la hipertensión es distinta en función de la región y de la categoría del país, según su nivel de ingresos. La prevalencia más elevada corresponde a la Región de África de la OMS (27%), mientras que la más baja es la de la Región de las Américas (18%).
El número de adultos con hipertensión pasó de 594 millones en 1975 a 1130 millones en 2015. El incremento se observó especialmente en los países de ingresos bajos y medianos, lo que se explica principalmente por el aumento de los factores de riesgo en esas poblaciones.
Según el reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo las enfermedades cardiovasculares son responsables de aproximadamente 17,5 millones de muertes por año (lo que representa un 31% de todas las muertes), siendo la Hipertensión Arterial (HTA) uno los factores más importantes y frecuentes, así de las 7.4 millones de muertes por enfermedad isquémica, el 49% son atribuibles a un control sub-óptimo de la presión arterial; y de las 6.7 millones de muertes por Enfermedad Cerebrovascular, el 62% son como consecuencia de un mal manejo tensional; por consiguiente se ha establecido que las complicaciones de la HTA causan anual- mente 9,4 millones de muertes, muchas de ellas prevenibles.
Datos y cifras:
- La hipertensión (o tensión arterial alta) es un trastorno grave que incrementa de manera significativa el riesgo de sufrir cardiopatías, encefalopatías, nefropatías y otras enfermedades.
- Se estima que en el mundo hay 1130 millones de personas con hipertensión, y la mayoría de ellas (cerca de dos tercios) vive en países de ingresos bajos y medianos.
- Apenas una de cada cinco personas hipertensas tiene controlado el problema.
- La hipertensión es una de las causas principales de muerte prematura en el mundo.
- Una de las metas mundiales para las enfermedades no transmisibles es reducir la prevalencia de la hipertensión en un 25% en 2025 (con respecto a los valores de referencia de 2010).
¿Cómo puede reducirse la carga de la hipertensión?
Reducir la hipertensión previene infartos, accidentes cerebrovasculares y daños renales, además de otros problemas de salud.
Prevención:
- Reducir la ingesta de sal (a menos de 5 g diarios)
- Realizar actividad física con regularidad
- No consumir tabaco
- Reducir el consumo de alcohol
- Limitar la ingesta de alimentos ricos en grasas saturadas
Eliminar/reducir las grasas trans de la dieta.
Control:
- Reducir y gestionar el estrés
- Medir periódicamente la tensión arterial
- Tratar la hipertensión
- Tratar otros trastornos que pueda presentar la persona
Hipertensión: El Ganoderma y su efecto en los estados hipertensivos.
Aunque la Hipertensión arterial se trataba con medicamentos desde hace décadas, los fármacos utilizados eran poco efectivos y originaban efectos indeseables muy molestos e incluso graves. A principio de la década de los años ochenta, del pasado siglo, se dispuso una sustancia, verdaderamente efectiva; un inhibidor de la enzima convertidora de la angiotensina, conocida por las siglas IECA, que, aunque no está exenta de efectos indeseables, eran de menor importancia que los anteriores.
Entre los efectos saludables del Ganoderma Lucidum, se encuentra su acción beneficiosa sobre la hipertensión arterial. Recientemente, científicos de la Universidad de Kuala Lumpur (Malasia), aislaron en los micelios del Ganoderma Lucidum cuatro proteínas que ejercen una acción IECA. Los autores concluyen que con menos efectos indeseables que los IECA conocidos hasta ahora, estas proteínas aisladas de los micelios del Ganoderma Lucidum pueden constituir, en un futuro próximo, una alternativa eficaz y más segura a los diferentes fármacos actuales derivados de los IECA (1).
1. Ansor NM, Abdullah N, Aminudin N et als. Anti-angiotensin converting enzime (ACE) proteins from mycelia of Ganoderma lucidum (Curtis) P Karst. BMC Complementary Alternative Medicine 2013; 13:256 doi: 10.1186/1472-6882-13-256.
Otras de las propiedades del Ganoderma, es su capacidad de bajar la presión sanguínea. Estudios realizados demuestran su efecto en los estados hipertensivos.
Diversos autores sugieren que el consumo de Ganoderma Lucidum ayuda a reducir la presión arterial (1)(2)(3). Su mecanismo sería inhibiendo a la enzima convertidora de angiotensina (ECA) y su correspondiente efecto en estados hipertensivos, identificándose ocho lanostenoides como principios activos. Ganoderal A, ganoderioles A y B, y los ácidos ganodéricos K y S inhiben la ECA con una IC en rango uM. Los compuestos activos presentan en sus moléculas funciones oxigenadas en los carbonos 3, 15, 23, y un grupo carboxilo en C-26.
Igualmente, diferentes derivados triterpénicos oxigenados de Ganoderma Lucidum tienen propiedades hipocolesterolemiantes, como ya indicamos en otro capítulo.
Conclusión:
El Ganderma Lucidum según estudios realizados actúa como inhibidor de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA) y su correspondiente efecto en pacientes con hipertensión. Pudiendo ayudar en los tratamientos protocolizados para este tipo de enfermedades. Debido a sus propiedades hipolipemiantes también ayuda frenando el proceso de endurecimiento arterial secundario a la formación de placas de ateromas.